Vais a pensar que soy un pesado (si es que aún no lo habéis hecho jeje) pero lo repito: cuanto más predecible sea la vida de nuestros amidogs, mejor. En la medida de lo posible, hay que establecer y mantener rutinas.
Los perros no llevan muy bien los cambios, ya sea de entorno (una mudanza, el cambio de hogar durante las vacaciones) o la alteración de horarios y costumbres: una baja en el trabajo, o una época de cuarentena en el domicilio como la que estamos viviendo actualmente, y en las que vamos a pasar más tiempo en casa.
Para respetar las medidas de confinamiento establecidas, nuestras rutinas se ven alteradas, pasamos más tiempo junto a nuestros amidogs y las salidas son menos frecuentes y de menor duración, básicamente para hacer eliminaciones de orina y heces. ¿Qué hacer con toda la energía que los perros no gastan? En el mejor de los casos, se reflejará en mayor actividad en casa. Y pueden derivar en altos niveles de estrés, incluso ansiedad, con los perjuicios para la salud que acarrean.
Os propongo unas ideas para hacer en casa y rebajar el nivel de energía, a la vez que los perritos se entretienen y ponen a trabajar su capacidad cognitiva.
-Emplear mantas de estimulación olfativa, podéis usarlas para dar la ración diaria de vuestros peques. Los que no dispongáis de estas mantas, podéis improvisar: una manta o toalla (cuanto más gruesa mejor) la extendemos en el suelo, esparcid unos cuantos piensos en ella y la enrolláis como si fuera un rollito de primavera) vuestro perro deberá olfatear e ir desenrollándola para llegar al “tesoro”
-juguetes tipo Kong rellenos, eso es más común, imagino que todos sabéis cómo emplearlo: se pueden rellenar de comida húmeda, paté, o incluso queso tipo philadelphia.
-una caja de zapatos abierta, y colocáis dentro, de pie, los rollos de cartón del papel higiénico o bolas de papel de periódico, y esparcís entre ellas algunos premios
-una caja de zapatos, o de cereales, o de algún paquete, las hacéis algún agujero con un boli o con unas tijeras (para permitir que los olores salgan) ponéis unos granos de pienso dentro. Una vez cerradas, se las dejáis a los perritos
-algo muy sencillo: darles su ración de pienso, en lugar de en un comedero, esparcida por el suelo, en una habitación a oscuras (luz apagada, ventanas y cortinas cerradas) y que lo busquen usando el olfato
Cuando hagamos alguna actividad que sea desconocida para los perros, siempre bajo vuestra supervisión, empleando materiales (cartón sin pintar, mejor papel cuanto más limpio de tinta) que no les hagan daño si por accidente se tragan algo. El objetivo es la relajación, si durante el juego veis que se ponen nerviosos o se empiezan a frustrar, ayudadles un poco, tienen que aprender «cómo se juega». Cuando ya sepan la dinámica del ejercicio, podemos empezar a alejarnos de ellos y poco a poco, ir fomentando que en los momentos que están haciendo actividades agradables, no estemos a su lado, y evitar la aparición de posibles trastornos relacionados con la separación cuando retomemos las rutinas habituales, (podéis consultar todo esto en un artículo que ya publicamos en nuestra página de Facebook)
A medida que vayan aprendiendo, se puede aumentar la duración, así como el nivel de dificultad de los ejercicios, por ejemplo, cerrando las cajas de cartón e introduciendo mayor número de bolas de papel, haciendo algún nudo en las toallas, poniendo trozos de pienso de menor tamaño… ¡usad la imaginación!
Y sin olvidar practicar señales sencillas que ya sepan (sentado, tumbado, quieto, patita, etc.) aumentando un poquito la dificultad del ejercicio, o practicando nuevas señales. El hecho de estar concentrados también contribuirá a que gasten energía, y cuando lo hagan correctamente y les reforcemos (verbalmente y entregándoles premios) les hará sentir bien y mejorará el vínculo que tenemos con nuestros perretes
Es recomendable establecer un tiempo determinado para “trabajar”, no excedernos, y siempre atendiendo a las necesidades y características específicas de cada perro. También es importante marcar cuando ha empezado el juego y cuando termina: se deben introducir señales para indicárselo de forma clara. Por ejemplo, la palabra “ya” o “empieza” o “busca” al inicio del ejercicio, y para terminar “fin” “terminado”, y dejar de jugar.
A pesar de todo esto, la actividad, y por lo tanto, el gasto de calorías será menor. Por lo que es recomendable ajustar la cantidad de comida, teniendo en cuenta el alimento que hemos usado en estas sesiones, y descontarlo de la cantidad total que le damos al día.
Y por último, si apreciáis algún comportamiento extraño en vuestros amidogs, por favor consultad a algún etólogo o educador canino de confianza.
Mario Sauca
Educador canino
9 de abril de 2020
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