Nada más levantarnos, preparamos a los perritos (siempre los llevamos atados: correas, collar/arnés  con su placa identificativa a la que añadimos una tarjeta con nuestro teléfono, etc.)  y damos un paseo por  caminos de tierra, poco transitados, a lo largo de olivares y fincas de cultivo de cereal. Hay conejos, liebres y perdices, por lo que nuestros amidogs disfrutan rastreando y percibiendo olores que en la ciudad no hay. Usar el olfato es algo muy beneficioso para ellos, les divierte, y al mismo tiempo, les relaja.

Después, un rato de descanso en casa para que la digestión sea tranquila. Tenemos camas confortables para que en esos momentos de relax se encuentren a gusto.

Para aquellos amidogs que hacen 3 comidas al día.

Antes de que anochezca, damos el segundo paseo del día, también por los alrededores de nuestra casa, pero por un camino diferente, de nuevo para estimular sus sentidos.

Entonces llega el momento en que todos, incluidos nosotros, nos vamos a descansar y reponer fuerzas para el nuevo día. A medida que vamos renovando las camas, cambiamos las tradicionales por otras de material viscolástico, mas cómodas y de mayor calidad. ¡Les encantan!