¡Hola! Soy Mario, y desde siempre he tenido pasión por los animales, especialmente por los perros. Ofrezco lo que me gustaría encontrar, si por necesidad, tuviera que dejar a Taro bajo el cuidado de otra persona: una atención personalizada, en ambiente familiar, donde sé que entienden a los perros y atienden sus necesidades de forma profesional.
Profesionalmente me he formado como educador canino. No soy partidario del adiestramiento tradicional, en el que se contempla el uso de castigos y correcciones, ya sean físicos o verbales. He elegido el adiestramiento amable, que tiene en cuenta que, como ser vivo que es, un perro tiene sentimientos, y en la relación con nuestros amidogs no debemos olvidar su estado de ánimo. Trabajar con ellos, conseguir objetivos y que aprendan aquello que queramos enseñarles, sí, pero de una forma respetuosa. Siempre reforzando el vínculo que nos une.
La base de mi formación profesional comenzó en 2018, realizando varios cursos en Lealcan Adiestramiento Madrid (casi 300 horas en total), además de varios seminarios para profundizar en aspectos puntuales: características especiales del perro anciano, primeros auxilios, manejo de manadas, higiene y cuidados caninos, ansiedad y trastornos relacionados con la separación, comportamiento reactivo en entornos urbanos… Y los que quedan por llegar, ya tengo seleccionados algunos más, la formación continua es imprescindible.
Desde 2017 colaboro como voluntario en protectoras de animales en Madrid y Toledo, apoyando al equipo de terapias: ayudamos a los perritos recién llegados, dedicando más atención a aquellos que por algún motivo lo necesitan, sobre todo con miedos o con problemas de comportamiento (reactividad, agresividad…), con el fin de mejorar su estado emocional, que sean amidogs equilibrados, para poder encontrarles un hogar donde perros y personas sean felices y convivan en armonía. Este el espíritu en La Casita de Taro.
Nací en septiembre de 2014. Mi madre se llama Mika, es una pastor alemán, y mi padre, que se llama Napoleón, un labrador retriever. Vanesa y Mario me adoptaron cuando tenía 8 semanas, y desde entonces soy un miembro más de la familia.
Tengo buen carácter, soy sociable, me llevo bien con otros perros. Algo independiente, en el primer momento no juego con cualquier a, hasta que cojo confianza. Pero eso es positivo, ya que no agobio a los amidogs que recibimos en casa.
Por mi herencia “labradora” me apasiona el agua. Disfruto mucho nadando en nuestra piscina. Y paseando, no desaprovecho cualquier ocasión en la que puedo darme un chapuzón. Sea invierno o verano, voy “probando” todos los charcos que encuentro.
Ya me conoceréis en persona cuando vengáis a nuestra casa. ¡Estoy deseando saludaros!